El historiador Gabriel Salazar, sociólogo, docente, Premio Nacional de Historia 2006, principal exponente de la Historia Social en nuestro país, teoriza sobre la imagen a posteriori de nuestros llamados "héroes".
En noviembre de 2006 tuvimos acceso a un documento confidencial del
estado mayor del Ejército de Chile, donde 44 generales (la plana mayor
del Ejército) firmaron un acta en que se comprometían, como cuerpo
institucional, a hacer todo lo posible para salvar la imagen del general
Augusto Pinochet
y que así su figura quedara grabada junto a los además “próceres” y de
“héroes” de Chile. Este documento reservado apareció entre los papeles
que está manejando el ministro Solís en una causa por los derechos
humanos.
Esto da cuenta de cómo en Chile se construyen los mitos.
Al mitificar por ejemplo a Pinochet se legitima algo que en su origen
no fue legítimo. Muchas veces la mitificación necesita personalizar todo un período en alguien. Todo lo que se ha hecho en un período, al personalizarlo en una sola persona, surge el mito.
Lo que hizo un grupo, se le atribuyó a una sola persona; en este caso
Pinochet, donde se le construyó un supraprotagonismo: el caudillo, el
“Tata”… El Ejército necesita mitificar a Pinochet y su obra para
justificar lo que hizo.
Pero es distinto el mito que el héroe. No
hay héroe sin comunidad. El héroe es reconocido espontáneamente por su
comunidad. El héroe es el ennoblecimiento de una persona por parte de la
comunidad.
El problema grave es que todos los que llamamos héroes en nuestra Patria son mitos.
Carrera, un jóven aristócrata, orgulloso, prepotente, que traicionó el trabajo democrático del cabildo para apoderarse en una dictadura, un cobarde ya que se arrancaba
de todas las batallas, que dividió a los chilenos entre los carreristas
y los larraínes, un traidor y dictador. Indudablemente fue una persona
que tuvo protagonismo histórico, pero ¿podemos decir que la comunidad
chilena lo ennobleció en vida?
O’Higgins,
¿ganó alguna batalla? Es famoso por las derrotas. Fue un dictador, se
cometen en su gobierno los primeros asesinatos políticos. Antidemócrata:
no quiso llegar a ninguna elección y cuando lo hizo, hizo trampa. El
mito resalta su abdicación,
con la escena teatral que se muestra en la película, por ejemplo, donde
se oculta la revolución ciudadana cívica que derribó a O’Higgins.
Portales,
¿Estadista? Por favor, muestren algún discurso, algún libro. Citan tres
líneas de una carta que dirigió a su amigo. Mandó a fusilar, mató,
expatrió, descabezó al Ejército patriota. Se hizo dictar leyes secretas para poder tener una dictadura.
Joaquín Prieto, el general más traidor y felón que ha tenido la historia de Chile…Y así, podría seguir…
Todas
estas personas han sido mitologizadas. Todos ellos han sido
transformados en mito para justificar lo injustificable y lo ilegítimo.
La traición de Prieto en Ochagavía, el exilio de Ramón Freire... Por
ejemplo, para introducir un proceso como la independencia se mitificó a O’Higgins. Así también como en la persona de Portales, metemos toda la construcción del orden.
El
héroe, en cambio, surge cuando una comunidad ennoblece (rescata,
recuerda) a uno de sus miembros, cuando éste se sacrifica por ella
–capaz de entregar su vida- a fin de reforzar la entidad comunitaria.
Además, el héroe tiene una connotación y consistencia ética, política y democrática.
Fuente: Portal EducarChile.
Comentario Pedagógico conocer las diferentes visiones que nos ofrece nuestra historiografía, es sumamente útil si queremos crear en los estudiantes el pensamiento crítico. Es por ello, que en este texto, se desmitifica, según Gabriel Salazar, a nuestros llamados héroes.
